1. En una democracia el pueblo es soberano y gobierna en pos del bien común
  2. La constitución del 78 transfiere el poder a los representantes del pueblo
  3. Los representantes no defienden el interés general (ver capítulo siguiente)
  4. La constitución no contempla ningún medio legal para impugnar la acción de sus representantes
  5. Debemos renunciar a la palabra «democracia» para describir el régimen político español.


¿Democracia?


Las palabras tienen un significado: la palabra democracia no es adecuada para describir el régimen que se da actualmente en España. Éste es distinto e incluso opuesto al concepto de democracia.

La democracia requiere de unas instituciones específicas (utilizadas durante 200 años en Atenas) para asegurar que el pueblo (demos) soberano retenga el poder..

La democracia es, según palabras de Abraham Lincoln: «el gobierno del pueblo, para el pueblo, por el pueblo ».

Este esquema asegura que los representantes del pueblo sean sus siervos y que utilicen el poder que se les otorga en pos del bien común y del interés general.

Los fundadores de nuestros regímenes supuestamente democráticos (cuyo verdadero nombre es, en realidad, «gobierno representativo»)— no querían una democracia, sino todo lo contrario. Sieyes en Francia y Madison en los Estados Unidos querían apartar a la gente de las decisiones políticas y jamás trataron de ocultarlo.

Por una curiosa inversión terminológica, a principios del siglo XIX se pasó a usar el término democracia para describir unos regímenes que despreciaban su esencia explícitamente desde el principio.

Actualmente, estamos atrapados por el lenguaje. Es una trampa intelectual que nos impide avanzar y formular una alternativa seria. Porque aquello que queremos combatir ha tomado el nombre de aquello que queremos conseguir, la democracia. De ahí que se reclame una democracia «real», «auténtica», «verdadera», y que una de las consignas más repetidas sea “lo llaman democracia y no lo es”.

Repetimos pues: no estamos en una democracia; es un hecho objetivo. En una verdadera democracia se otorgaría el poder al pueblo llano.

Constatamos así que el régimen del 78 no es una democracia, pues el pueblo no ejerce ni funciones de poder ni de contrapoder. Pero la constitución otorga, sin embargo, una responsabilidad al pueblo. La elección de sus representantes..

Lo cierto es que la elección no cambia nada (ver capítulo 1) y los ciudadanos sienten una profunda impotencia política. ¿Por qué esta paradoja? ¿No es acaso la elección sinónimo de democracia?


Capítulo siguiente: La elección no es democracia

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  1. Etienne Chouard – Meeting

    The abuse of language and the Newspeak.

  2. Etienne Chouard – Meeting

    Are we in a democracy?

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