4 – El problema de nuestra constitución

La constitución debe establecer límites al poder para proteger el interés general
Nuestra constitución fue escrita por los políticos y los hombres que ejercen el poder
Hay un conflicto de intereses: quien tiene el poder nunca debe determinar los límites de su propio poder
Cualquiera que sea parte interesada no debería poder participar en la redacción de la constitución
La constitución debe ser escrita por el pueblo y aprobada por él.

Quienes ostentan el poder jamás deberían escribir las normas que lo regulan

Desde el principio de los tiempos las personas pertenecientes a la élite gobernante han redactado las normas que regulan su poder.

Esto es un defecto que hace imposible que el documento fundacional de una sociedad sea auténticamente honesto.

Los políticos profesionales que dominan los centros de poder serían juez y parte en un proceso constituyente. Ellos se encargarían de burlar al pueblo evitando la inclusión de auténticos y efectivos mecanismos de control político así como tratando de alejar al ciudadano de las decisiones importantes, cuanto más mejor.

Por ejemplo, pondrían pegas a los referéndums por iniciativa popular para situar su poder fuera del control directo de los ciudadanos en lugar de defender el interés general.
Otros ejemplos importantes: evitarán que se tenga en cuenta el voto en blanco como un voto de rechazo hacia todos ellos, y mucho menos aceptarán el mandato imperativo que permitiría controlar a los políticos en el cumplimiento de los programas electorales.
Sin embargo permitirán la acumulación de cargos así como la renovación indefinidade estos, cuando se sabe que el poder corrompe y que este debe rotar con regularidad como norma básica de higiene democrática.
Etc.

Quienes están en el poder nunca escribirán las normas que necesitamos, es algo fácil de entender y de prever. No, si vamos a volver a poner nuestro destino en sus manos mejor no empezar esta fase.

Para que la gente pueda escribir su constitución, la tarea deberá encomendarse a una Asamblea Constituyente. Para nombrar los miembros de dicha asamblea no debería usarse la elección, o al menos no en su totalidad, por ser este un mecanismo antidemocrático (ver capítulo anterior), sino el sorteo. Este paso es crucial para evitar los abusos de poder, y todo esto se resume en la siguiente cita:

Porque quienes ostentan el poder jamás deberían escribir las normas que lo regulan

“Queremos una Asamblea Constituyente democrática, por lo tanto, elegida por sorteo.”

Para conformar la Asamblea Constituyente mediante sorteo uno puede imaginar diferentes procedimientos. En el próximo capítulo mostramos una propuesta para un proceso de redacción constitucional de una duración aproximada de un año en el que se priorice la defensa del interés general.

Capítulo siguiente: Escribir una constitución mejor